Consejo de una poetisa
Tarde o temprano,
no estarán de viaje.
Tuve un sueño en que una poetisa me leía su obra y me ayudaba a entenderla. Yo estaba fascinado*, un tanto intrigado y temeroso por tener que avanzar más allá con el conocimiento de su vida y obra, y por pensar en la constancia de un posible vínculo maestra-alumno. En realidad, ella era como el alma de alguien que en vida se dedicó seriamente a las letras creativas y yo, el naturalmente condenado a muerte y aficionado a la metáfora y la retórica que soy.
La reflexión poética salió luego de expresarle que ya no he tenido ideas (publicar un libro simplemente me frenó el ánimo por escribir). Ella comenzó a recitar el consejo. De repente desperté de ese insólito pero motivador sueño y traté de memorizar el dicho relevante de tal episodio onírico. Acostumbrado a hacer lo mismo varias veces con canciones o frases que se me ocurren entre sueños y solamente olvidarlos para siempre al amanecer, esta vez decidí levantarme a escribir lo que aquella mujer espiritual me donó pues lo sentí como un gran empujón para regresar con firmeza a la escritura creativa. Y así fue: de vuelta a la cama, a media lucha entre la consciencia y el cansancio, yo recitaba prosas poéticas.
Lo que en realidad me dijo ella empezaba con, "Va y ve con tus deberes...", con el "Va" del verbo ir y el "ve", de ver, evidentemente. Dado que, si nos ponemos lógicos y racionales, esa voz salió de mi propia mente, me di licencia de cambiarlo por "Ve y ve...". Al final, el "no estarán de viaje" comprendí que se refería a las poesías. Así, continuaré con mi vida de persona normal seguro de que la poesía tarde o temprano volverá a su hogar en mi inspiración.
(*) No fascinado como quien explota dicha palabra superficialmente intentando acentuar la emoción, sino como quien al fin encuentra a una perfecta guía para este vago y espiritual oficio de las letras.
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